Prometo que esperaré que el viento se tranquilize, para empezar mi viaje, pero antes me detendré en esa estación lejana que un día estuvimos juntos, los dos. Era todo tan bonito, tan tranquilo y me pareció magnífico que no hubiera ruido, nos sentamos en el suelo y tú me miraste a los ojos, sentí que un frío recorría mi cuerpo, me ponías tan nerviosa en ese tiempo, eras tan, pero tan distinto.
Ahora que ya me voy, te prometo que esperaré resistir aunque sea un suspiro, esperaré que me mires de nuevo y me digas con tus ojos todos tus deseos, tus angustias y por supuesto todo el amor que dices tenerme. Yo esperaré para no llorar y esperaré para ver tu rostro de nuevo.
Sentémonos en el sofá, no es necesario apurarse tanto, si bien el bus sale luego, este recorrido acabó hace mucho, un par de minutos más; no cambiará el rumbo de mi vida.
Esperaré, te espero ahora y siempre para que me digas por qué, cuándo y cómo se acabó el amor...