miércoles, 18 de mayo de 2011

Esa cinta


Afuera un grupo de perros ladran. Y acá dentro, mil pensamientos aúllan en mi cabeza. No hace falta seguir con esto, me dicen unos, y otros, me alegan que si lo pienso, por algo debe ser. No me interesa cuál es ese algo, lo que me interesa es que exista ningún algo. No hay tiempo ni corazones para vivir escenas repetidas. Quizás a todo nos guste, volver a repetirnos las películas en las partes más lindas, pero eso es así. Es una película; tenemos el control, podemos poner pausa cuando queramos. En cambio, en esta película, el botón de stop parece no estar funcionando. Prefiero avanzar y quedarme en el final, en la última escena. Sí, ésa, la que para todos siempre es la más tierna. En las películas, claro. En la vida, no hay guionista que se ocupe de que los finales siempre sean de las mil maravillas.

Nunca fui guionista. Quizás debí serlo. Quizás debí tener amnesia y un corazón de madera. Quizás podría repetir la escena, para sentir que, en realidad, fue el rodaje el que no estuvo bien. Quizás podría modificar mis libretos y exagerar mis sentimientos. Quizás podría ser la protagonista y no la actriz secundaria. Quizás lograría que se exhibiera en los cines y hasta un premio. Quizás, quizás, pero no sé si quiero ese quizás.No sé si quiero seguir proyectando la escena en mis pensamientos. No hace falta abusar de mi fortaleza ni de mi crecimiento personal. Hay cosas, que requieren más que eso, para empezar a andar.

Y sí esta cámara no empieza a grabar sin cinta. Tampoco esta historia comienza a escribirse sin un sueño. Hay sueños buenos, hay sueños malos. Lo que hay son anhelos, deseos. Y yo, no me puedo permitir tenerlos. ¿Quién te dijo que era eso lo que deseaba? ¿Quién te dijo que quería volver a rodar la historia? Nadie sabe, nadie puede descubrir mis deseos, cuando ni yo sé lo que quiero. Este cuento, fue sólo eso, un cuento, no alcanzó a ser novela. Y siempre son los grandes Best Sellers los que llegan al cine. Por eso, no fue un éxito. Por eso, no vale la pena intentar rodarlo de nuevo.

Guardo estos pensamientos, como guardé los pedazos de la cinta. Guardo esta confusión, para no tener que enfrentarla nunca más. Guardo todo y nada. Todo eso y nada de aquello. Guardo lo malo, porque así el corazón se hace de madera. No guardo lo bueno, porque así se rebela. No quiero motines en mi contra. No quiero insurgencia en mi cabeza y menos. ..Bueno, tú, ya sabes donde no quiero rebeldes.