sábado, 6 de diciembre de 2008

Que miedo...

Me está dando miedo, bueno en realidad hace un buen tiempo que éste se está involucrando en mis pensamientos. El problema es que cuando llega a mi mente, también lo hace a mi corazón.
Es que todo esto me tiene confundida; es tan difícil entender estas coincidencias, tanta igualdad en ciertas cosas, es como si en realidad no hubiera algo que te hiciera ver diferente.
Sabes que existe algo que te hace no ser común, pero da tristeza cuando te das cuenta que hay mucha más cercanía con otros, más alegrías; entonces te preguntas qué estás haciendo en este terreno y si es sólo tu impresión o es cierto lo que estás pensando.
Quizás es envidia o lo que sea, pero a veces te gustaría sentir que están asi tan pendientes de tí y tan dispuestos, también. Las cosas cambian y miras hacia atrás y sientes que eras tanto y cada vez eres menos, sientes como si te estuvieran robando algo y tú estás ahí parada frente al ladrón y no eres capaz de detenerlo, porque no tienes el valor, porque simplemente no sabes cómo.
Y es enredado, tan complicado, porque sabes que no hay motivos para el alejamiento, pero te sientes como en la cuerda floja, en cualquier momento te caes, te equivocas y pierdes; como quisieras retroceder el tiempo para no sentirte culpable, para no sentir que en cada paso que des está la posibilidad de caer.
Definitivamente no existe esa posibilidad, sólo te queda el futuro y este presente; y si quieres que el miedo te abandone, debes demostrarle que ya no temes, porque ahora tienes esa seguridad que te faltaba y ya nada te hará dudar, ni confundirte.
Lo importante, lo sé, es no basar tu seguridad en la que tiene el otro o en el aprecio que éste te tiene; además si las cosas cambiaron fue por algo...