Cuando estamos jóvenes, es difícil que nos imaginemos de ancianos y por eso también que pensemos en cómo se sienten ellas y ellos. Pero creo que es necesario reflexionar sobre la salud física y mental de cada uno de los viejitos que nos rodean, como tambien de aquellos que no son de nuestro círculo.
Si bien hoy soy joven eso no será siempre así y me da pena pensar que en algún momento voy a ser un "cacho" para mi familia; es lamentable, pero es la realidad de muchos ancianos y ancianas en nuestro país, cada vez las familias son más reducidas y la importancia del abuelo queda relegada, si antes podias encontrar en tu "tata" al sabio de la familia, ahora se lo preguntas todo a google y el adulto mayor, que en muy pocos casos tienen conocimientos en computación, se siente abandonado y lejano de sus parientes; ya no hay un vínculo que lo una, por ejemplo, a sus nietos y nietas. La tecnologia se ha convertido en la enemiga de la unión familiar, cada vez son menos los momentos de compartimiento, cada uno metido en su rollo, por ejemplo, en el computador o viendo tv; el problema es que cada vez hay menos comunicación.
Pero no sólo la tecnologia atenta contra la importancia del abuelito o la abuelita dentro de la familia, sino también el sistema en general, la vida es már rápida, vivimos para trabajar, trabajamos para consumir y el que no produce no es bien mirado o más bien es expulsado. Cuando los adultos mayores son jubilados y pasan a ser el estorbo de la casa, no es poco usual que algunos piensen en llevarselo a un asilo; como si la vieja o el viejo no combinaran con la decoración del hogar, así de fria puede ser la propia familia. Pero no en todos los casos los adultos mayores, que sobrepasan los ochenta años de edad, son enviados a asilos, muchas veces viven con uno de sus hijos o nietos, lo peor es que existen ocasiones en que la jubilación de los abuelitos queda en manos de los parientes y el dinero se esfuma como por arte de magia; en algunos casos, los ancianos se sienten como visitas en sus propias casas, siendo que con sus jubilaciones perfectamente podrian vivir tranquilos y sin carencias (en el caso de aquellos que reciben un buen monto).
Para terminar quiero agregar que sea de la clase que sea ese señor o esa señora que por tener una cantidad x de años encima y la piel más arrugada, no tiene porque estar mendigando por un poco de amor y de atención, ojalá se pudiera comenzar a valorar más al anciano y la anciana; ya que es triste ver y escuchar cómo muchas veces estas personas están prácticamente entregados a la muerte, cero motivaciones, lo único que esperan es que llegue el último minuto de sus Vidas.